sábado, 27 de junio de 2009

>> Declarar la sordera <<

Hoy tocaremos el tema de los bebé con sordera, porque tambien es justo que nos desviemos un poco de los neonatos que no tienen ninguna complicacion, es por eso que esperemos que sea util para los padres que estan día a día descubriendo nuevos metodos para comunicarse o simplemente para descubrir si su hijo padece de sordera.

La sordera es una de esas minusvalías que a simple vista no se puede detectar. Su diagnóstico no es algo sencillo, sobre todo en los primeros años de vida, ya que son los padres junto con los profesionales, quienes tienen que descubrir que al bebé le pasa algo fuera de lo común y qué es exactamente lo que tiene. El problema en estos casos es que el tiempo juega en contra, ya que cuanto antes se detecte la sordera antes se va a poder estimular la comunicación entre el bebe, sus padres y el resto de la familia, con lo que su desarrollo se verá menos comprometido.

Bien es cierto que cuando llega un bebe a casa, los padres tienen que adaptarse a un nuevo ritmo de vida; tienen que conocer al nuevo miembro de la familia para poder cubrir sus necesidades. El pecho a demanda, el cambio regular de pañales o los baños absorben la mayor parte del tiempo de esos padres que en ningún momento se han planteado que su hijo o hija haya podido nacer con sordera.
Suele ser en torno a los 2 o 3 años cuando se realiza el diagnostico definitivo, pero existen una serie de pistas que pueden servir a los padres para llevar a sus retoños al especialista y que este determine si existe o no un problema.

Primeras señales
En un niño o niña recién nacido es muy complicado saber si oye o no. Podemos decir que si el bebe es muy tranquilo y no se altera, sobresalta ni despierta con los ruidos fuertes que se produzcan en su ambiente, los padres deben mantenerse alerta. Otra de las señales de alarma en menores de 6 meses sería que el bebé no se tranquilizase al oír la voz de su madre -o cualquier miembro de la familia con el que mantenga contacto frecuente- o no le sonriese cuando esta le habla. Si el bebé no gira la cabeza ni busca con la mirada a la persona que está hablando, ni emite sonidos guturales para llamar la atención, también es un signo de sospecha.


Conforme el niño crece es más fácil detectar el problema. A partir de los 6 meses, los niños oyentes empiezan a imitar a los adulto y a realizar sonidos. El niño sordo, no balbucea ni se orienta hacia sonidos. Tampoco comprenden el significado de “adiós” o “no” a no ser que estas palabras vayan acompañadas de un signo gestual. Entre los 12 y 18 meses, no dice “papá” ni “mamá”, no nombra objetos cotidianos ni señala algo cuando se le nombra. En estos casos, debe consultarse al especialista. Es cierto que puede que no se trate de sordera ni de otra patología ya que cada bebe lleva su propio ritmo de desarrollo, pero sin embargo, con una simple prueba se puede descubrir si existe o no un problema más gordo y poder actuar a tiempo.

El bebé se hace mayor.
Sería motivo de preocupación que un niño a partir de los 18 meses no prestara atención a los cuentos adaptados a su edad, aunque sí la preste a sus dibujos sobre todo si son de colores vivos y brillantes. Si no identifica su nombre, ni hace frases de dos palabras ni comprende ordenes sencillas que no vayan acompañadas de gestos, los padres tienen otro signo de alarma. A a partir de los 3 años los signos serían evidentes si no entiende las palabras que se le dicen, ni repite frases ni contesta cuando se le preguntan cosas sencillas. A partir de los 4 años, el niño sordo no puede contar lo que le pasa ni es capaz de mantener una conversación sencilla.
La excepción conforma la regla.
A pesar de que existen trucos para detectar la sordera, hay veces que es necesario guiarse por la intuición, ya que estos fallan. Es posible que el niño sordo sí responda al “estímulo auditivo” pero sin saber que existe un sonido, ya que este se propaga en el espacio a través de ondas y el pequeño las percibe por otros lugares diferentes al oído; el pecho, la zona del cuerpo sobre la que se encuentra apoyado, la cabeza, etc.
Hay otras ocasiones en que la sordera existe pero sólo afecta a unos sonidos concretos. Es muy probable que el niño tenga más problemas para escuchar en unos ambientes que en otros, por ejemplo escucha en casa pero no en el parque o con determinadas personas escucha a papá pero no a la abuela.

También es frecuente que un niño sordo al jugar realice más ruido, no le molesta el ruido que produce o necesita mas cantidad de ruido para que su oído perciba algo, que sólo cumpla ordenes cuando está mirando a quien se las da y que sobre él recaigan frases como “solo atiende lo que quiere y cuando quiere”. Además, estos niños suelen jugar de forma solitaria y en pronunciación encuentran especial dificultad con determinados sonidos -R, S, D, L, J y T-.

" Papis, no se cuestionen el porque pasó o como fue que pasó, solo vivan los momentos con su hijo. Es verdad que el desafio de ustedes es mayor que el de los demás pero
también es más grato que los demás"




Bibliografia
Maria del Mar Granados López, Pediatra; 2008




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viernes, 26 de junio de 2009

>> El Primer Baño de un Bebe<<

Todas las Mamas y Papas se preguntan como bañar a su bebe por primera vez y exaltan inquietudes, miedos, inseguridades, y sobretodo cuando los papas son primerizos.
Se preguntan cómo deben sujetarlo, manejarlo, y qué cuidados deben tener. Muchos dudan de cómo lavar las orejitas, cuál es la temperatura ideal del agua, y de muchos otros detalles. Pero, tranquilos, son dudas normales, compartidas por muchísimos padres. El bebé necesita de dos o tres baños semanales en las temporadas más frías. En las épocas más calurosas, podrás bañarlo con más frecuencia.

Entre los expertos existen distintas opiniones en lo referente al primer baño del recién nacido. Algunos opinan que no es aconsejable bañarle hasta que la herida del cordón umbilical haya cicatrizado por completo.
Otros recomiendan hacerlo desde el primer día, siempre que el ombligo no se moje en exceso y se seque y cure cuidadosamente después. Así se reducen las posibilidades de infección de la herida del cordón umbilical.
Desde el punto de vista de la higiene, basta con bañar al bebé dos o tres veces por semana.

El bebé debe recibir su primer baño al otro día de la caída del cordón umbilical (aproximadamente entre los 7 y 14 dias de nacido).

Recomendaciones Importantes para bañar al Bebe
* Lo ideal es realizarlo en conjunto (madre y padre con el niño).

* Nunca deje solo al bebé durante el baño. En el caso de que surja alguna urgencia, llévatelo contigo.

* La altura de la bañera debe ser adecuada a la altura de la persona que está bañando al bebé. Lave siempre la bañera antes y después de su utilización.

*Use jabones neutros de glicerina, jabones de avena o jabón blanco.
No se recomienda el uso de shampoo, para impedir reacciones en la piel delicada del bebé.

*Secar bien al niño, en las zonas de pliegues, para impedir la posibilidad de dermatitis e infecciones por hongos en el futuro cercano.

*Duración máxima de 25 minutos.

*No te desanimes si tu bebé llora mucho en los primeros baños. El desconocido seguramente le asustará. Con el tiempo él se acostumbrará, y llegará a disfrutar de este momento de placer. Y sus papás también.
Se recomienda hacerlo por la tarde-noche para permitir una mejor relajación del bebé, pudiendo dormir luego con más facilidad.


Si bien es muy distinto bañar a un bebé de 5, 6 meses a un neonato (recien nacido), es por eso que tambien tenemos unos pequeños consejos de como poder bañar tranquilos a su bebé.

A un bebé recién nacido, lo ideal es darle un baño seco, sin inmersión en el agua, en los primeros días. Antes de desnudar al bebé, se limpia su cabecita con una esponja suave y humedecida con agua tibia. Con un algodón también humedecido en agua tibia, y algo de jabón, se limpia los ojitos, la nariz, la carita y las orejas, y luego todo el cuerpo. En seguida se enjuaga todo con una toalla suave, sin frotar. Séquelo y póngale su ropita limpia. Es importante que revises el cordón y el área del ombligo. Si supura, tiene un color rojizo o mal olor, comenta con el pediatra. El cordón se limpia con agua y jabón. Y se seca muy bien.

>> Espero que les alla gustado esta sección de como poder bañar a su bebé, y como se dijo anteriormente, los papis que no se asusten si el bebé llora mucho en el baño, deben pensar que esto es algo muy nuevo para ellos ya que durante 9 meses nunca necesitaron un baño <<


Bibliografía

- http://www.guiainfantil.com/salud/higiene/primerbano.htm
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http://www.elbebe.com/index.php/es/cuidados/el-primer-bano-del-bebe

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http://www.zonapediatrica.com/bebe-zona/el-primer-bano-del-bebe.html

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http://images.google.cl/images?hl=es&q=el+primer+ba%C3%B1o+de+un+bebe&gbv=2&aq=f&oq=

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>> Estimulación a un Bebé <<

En este bloque se hablara de la estimulacion de un bebé. El bebé será capaz de adaptarse mucho mejor al entorno y a las circunstancias cambiantes que cualquier otro animal cuyo cerebro ya esté programado en el momento de nacer. Disponer de un cerebro moldeable es lo que ha permitido a la especie humana progresar y sobrevivir incluso ante las condiciones naturales más adversas.

La estimulación temprana tiene por objetivo aprovechar esta capacidad de aprendizaje y adaptabilidad del cerebro en beneficio del bebé. Mediante diferentes ejercicios y juegos su intención es la de proporcionar una serie de estímulos repetitivos, de manera que se potencien aquellas funciones cerebrales que a la larga resultan de mayor interés. No sólo se trata de reforzar aspectos intelectuales, como su capacidad para la lectura o el cálculo matemático, sino que la estimulación temprana también contempla los aspectos físicos, sensoriales y sociales del desarrollo.

La estimulación temprana se basa en la repetición de lo que se viene a llamar unidades de información o bits. Al igual que todos los niños aprenden a hablar por si mismos (a base de oír diariamente los sonidos del lenguaje), su cerebro es capaz de adquirir toda otra serie de conocimientos mediante la repetición sistemática de estímulos o ejercicios simples. Con la repetición se consigue reforzar las áreas neuronales de interés. Por ejemplo, para que un bebé gatee es necesario que controle el llamado patrón cruzado, esto es, la capacidad de coordinar su mano derecha con su pie izquierdo (y viceversa) y así avanzar. Nuestro cerebro está dividido en dos hemisferios, izquierdo y derecho, cada uno de los cuales controla la parte opuesta del cuerpo. Pues bien, los ejercicios de gateo refuerzan el patrón cruzado y, por tanto, ayudan a mejorar la coordinación entre los dos lados de nuestro cuerpo.

Desde luego, la decisión de poner en práctica un plan de estimulación temprana es absolutamente personal. Pero debes tener en cuenta que la maleabilidad del cerebro decrece rápidamente con la edad. Así, el máximo desarrollo neuronal coincide con la etapa que va desde el nacimiento hasta los tres años de edad, para luego decrecer y prácticamente extinguirse a la edad de seis años. A partir de ese momento, las interconexiones neuronales del cerebro ya están establecidas y los mecanismos de aprendizaje se asemejan a los de un adulto.

Es cierto que un programa de estimulación puede resultar pesado y rutinario para los padres, ya que exige una cierta dedicación diaria. Pero, a pesar de que algunos autores pueda dudar de su efectividad, el tiempo invertido con tus hijos siempre resulta provechoso.
" Que jugar y a la vez estimular a tu hijo no sea una tortura ni tampoco una perdida de tiempo... solo hay que pensar que todo tiene un fruto y ese fruto desde luego tendra su recompenza "
Bibliografía
Sara Bennett, Pedriatra. 2004.
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>> El llanto de un Bebé <<

Es cierto que es frecuente que los bebés de nuestra sociedad lloren, pero no es cierto que sea normal. Los bebés lloran siempre por algo que les produce malestar: sueño, miedo, hambre o, lo más frecuente y que suele ser causa de los anteriores, la falta del contacto físico con su madre u otras personas del entorno afectivo.

El llanto es el único mecanismo que los bebés tienen para hacernos llegar su sensación de malestar, sea cual sea la razón del mismo.

El cuerpo del bebé recién nacido está diseñado para tener en el regazo materno todo cuanto necesita, para sobrevivir y para sentirse bien: alimento, calor, apego. Por esta razón, no tiene noción de la espera, ya que estando en el lugar que le corresponde, tiene a su alcance todo cuanto necesita. El bebé criado en el cuerpo a cuerpo con la madre desconoce la sensación de necesidad, de hambre, de frío, de soledad, y no llora nunca. Como dice la norteamericana Jean Liedloff, en su obra "El Concepto del Continuum", el lugar del bebé no es la cuna ni la sillita ni el cochecito, sino el regazo humano. Esto es cierto durante el primer año de vida y los dos primeros meses de forma casi exclusiva (de ahí la antigua famosa cuarentena de las recién paridas). Más tarde, los regazos de otros cuerpos del entorno pueden ser sustitutivos durante algún rato. El propio desarrollo del bebé indica el fin del periodo simbiótico: cuando se termina la osificación y el bebé empieza a andar. Entonces, empieza poco a poco a hacerse autónomo y a deshacerse el estado simbiótico.

La verdad es obvia, sencilla y evidente.
El bebé lactante toma la leche idónea para su sistema digestivo y además puede regular su composición con la duración de las tetadas, con lo cual el bebé criado en el regazo de la madre no suele tener problemas digestivos.
Cuando la criatura llora y no se le atiende, llora con más y más desesperación porque está sufriendo. Hay psicólogos que aseguran que cuando se deja sin atender el llanto de un bebé más de tres minutos, algo profundo se quiebra en la integridad de la criatura, así como la confianza en su entorno.
Los padres, que hemos sido educado en la creencia de que es normal que los niños lloren y de que hay que dejarles llorar para que se acostumbren y que, por ello, estamos especialmente insensibilizados para que su llanto no nos afecte, a veces no somos capaces de tolerarlo. Como es natural si estamos un poco cerca de ellos, sentimos su sufrimiento y lo sentimos como un sufrimiento propio. Se nos revuelven las entrañas y no podemos consentir su dolor. No estamos del todo deshumanizados. Por eso, los métodos conductistas proponen ir poco a poco, para cada día aguantar un poquito más ese sufrimiento mutuo. Esto tiene un nombre común, que es la administración de la tortura, pues es una verdadera tortura la que infligimos a los bebés, y a nosotros mismos, por mucho que se disfrace de norma pedagógica o pediátrica.

Varios científicos estadounidenses y canadiense (biólogos, neurólogos, psiquiatras, etc.), en la década de los noventa, realizaron diferentes investigaciones de gran importancia en relación a la etapa primal de la vida humana. Demostraron que el roce piel con piel, cuerpo a cuerpo, del bebé con su madre y demás allegados produce unos moduladores químicos necesarios para la formación de las neuronas y del sistema inmunológico. En definitiva, que la carencia de afecto corporal trastorna el desarrollo normal de las criaturas humanas. Por eso los bebés, cuando se les deja dormir solos en sus cunas, lloran reclamando lo que su naturaleza sabe que les pertenece.

En Occidente se ha creado en los últimos 50 años una cultura y unos hábitos, impulsados por las multinacionales del sector, que elimina este cuerpo a cuerpo de la madre con la criatura y deshumaniza la crianza. Al sustituir la piel por el plástico y la leche humana por la leche artificial, se separa más y más a la criatura de su madre. Incluso se han fabricado intercomunicadores para escuchar al bebé desde habitaciones alejadas de la suya. El desarrollo industrial y tecnológico no se ha puesto al servicio de las pequeñas criaturas humanas, llegando la robotización de las funciones maternas a extremos insospechados.
Simultáneamente a esta cultura de la crianza de los bebés, la maternidad de las mujeres se medicaliza cada vez más; lo que tendría que ser una etapa gozosa de nuestra vida sexual, se convierte en una penosa enfermedad. Entregadas a los protocolos médicos, las mujeres adormecemos la sensibilidad y el contacto con nuestros cuerpos, y nos perdemos una parte de nuestra sexualidad: el placer de la gestación, del parto y de la exterogestación, lactancia incluida.

Deberíamos sentir un profundo respeto y reconocimiento hacia el llanto de los bebés, y pensar humildemente que no lloran porque sí, o mucho menos, porque son malos. Ellas y ellos nos enseñan lo que estamos haciendo mal.
También deberíamos reconocer lo que sentimos en nuestras entrañas cuando un bebé llora; porque pueden confundir la mente, pero es más difícil confundir la percepción visceral. El sitio del bebé es nuestro regazo; en esta cuestión, el bebé y nuestras entrañas están de acuerdo, y ambos tienen sus razones.
No es cierto que el colecho (la práctica de que los bebés duerman con sus padres) sea un factor de riesgo para el fenómeno conocido como muerte súbita. Según The Foundation for the Study of Infant Deaths, la mayoría de los fallecimientos por muerte súbita se producen en la cuna. Estadísticamente, por lo tanto, es más seguro para el bebé dormir en la cama con sus padres que dormir solo.
Por todo lo que hemos expuesto, queremos expresar nuestra gran preocupación para fomentar y ejercitar la tolerancia de los padres al llanto de sus bebés. Se trata de un conductismo especialmente radical y nocivo teniendo en cuenta que el bebé está aún en una etapa de formación. No es un método para tratar los trastornos del sueño, como a veces se presenta, sino para someter la vida humana en su más temprana edad. Las gravísimas consecuencias de este método, han empezado ya a ponerse de manifiesto.

Necesitamos una cultura y una ciencia para una crianza acorde con nuestra naturaleza humana, porque no somos robots, sino seres humanos que sentimos y nos estremecemos cuando nos falta el cuerpo a cuerpo con nuestros mayores. Para contribuir a ello, para que tu hijo o tu hija deje de sufrir YA, y si te sientes mal cuando escuchas llorar a tu bebé, hazte caso; cógele en brazos para sentirle y sentir lo que está pidiendo. Posiblemente sólo sea eso lo que quiere y necesita, el contacto con tu cuerpo. No se lo niegues.



"Cuando un recién nacido aprende en una sala de nido que es inútil gritar... está sufriendo su primera experiencia de sumisión. (Michel Odent)"

Bibliografía
Jean Liedloff, en su obra "El Concepto del Continuum" 1984.
Psicóloga suizo-alemana Alice Miller (1980)
Neurofisiólogo estadounidense James W. Prescott (1975)
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>>Embarazo en Adolescentes<<


En este articulo mostraré como afecta realmente a los adolescentes tanto física como emocionalmente.
Creo que es un tema que se trata con mucho cuidado,
por la falta de información que tienen estas adolescentes al momento de tener estas relaciones, y no saber como cuidarse, o justamente por la vergüenza o miedo de compartir con sus parientes, lo que están sintiendo, de hecho creo que la falta
de información, parte porque la familia no habla de estos
temas con sus hijos.
También, muestra algunas estadísticas de los embarazos adolescentes en el mundo.

Cuando una pareja de adolescentes conoce la noticia de que van a ser padres, las reacciones pueden ser muy variadas, pero como norma general, el miedo y la inseguridad sobresalen por encima de las demás. El primer pensamiento que le puede venir a un/a adolescente es que no se encuentra preparado/a para ser padre/madre, en muchos casos una duda surge, ¿cómo decírselo a sus padres? y ¿cómo reaccionarán éstos?
A pesar de que la educación sexual evoluciona y se dan a conocer los distintos medios para prevenir un embarazo temprano, los embarazos adolescentes se siguen sucediendo. Un embarazo adolescente no puede tratarse como un problema y debe recibir el apoyo por parte de los futuros abuelos, no se debe crear una aureola de fatalidad o desgracia, todo lo contrario, si ya ha ocurrido y la adolescente espera un bebé, tan sólo hay que desear que todo se desarrolle adecuadamente y sin ningún contratiempo.
Muchas adolescentes llegan al embarazo como una manera de llenar sus carencias. El ser requeridas sexualmente las hace sentirse valoradas y se entregan a una relación sexual sin que, sea eso lo que desean. Dan este cariño no tanto por satisfacción personal sino por satisfacer a la persona que tienen a su lado.


La adolescente embarazada vive circunstancias biopsicosociales difíciles, lo que influye en su estado anímico. Se ve enfrentada a una doble carga emocional debido a que debe conciliar dos etapas de vida: su adolescencia y la demanda que le exige la maternidad.
Una adolescente no ha completado su desarrollo físico para enfrentar la importante sobrecarga física y funcional que plantea el embarazo. Es un obstáculo para cumplir las tareas de la adolescencia. Se produce una perdida del grupo de referencia al cambiar de etapa en su ciclo vital y no ser incorporada al grupo de adultos.
La crianza de los hijos es una tarea difícil para la madre adolescente, ya que esta, al ser concebida como un elemento central de sus vidas, les dificulta la necesidades propias de su edad como son las fiestas, participación en grupos, parejas, etc...

Los hijos generan sentimientos contradictorios dando origen a una relación ambivalente, provocando conductas que van desde la sobreprotección al maltrato verbal y físico, dando origen a fuertes sentimientos de culpa.
Desde la perspectiva sociocultural, la adolescente embarazada limita sus oportunidades de estudio y trabajo, puesto que la mayoría de ellas se ve
obligada a desertar del sistema escolar, quedando la adolescente con un nivel de escolaridad muy bajo que no le permite acceder a un trabajo digno que le permita satisfacer, al menos, sus necesidades básicas.

Esta situación se ve agravada por su condición de madre soltera en que queda la mayoría de estas adolescentes, debido a que la pareja es generalmente un adolescente o joven que no asume su responsabilidad paterna, provocando una situación de abandono afectivo, económico y social en la madre y el niño.


En la última década, de acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) el número de madres adolescentes en Chile ha crecido un 2,4%. De los 230.352 niños nacidos vivos en 2004, 33.508 son hijos de madres de entre 15 y 19 años, y 906 de niñas bajo los 15, según estadísticas del MINSAL. Esta cifra se incrementó a 38 mil y 1.080 en 2006, respectivamente.
Aún cuando estos números son bajos en relación a los países vecinos de la región, son los más elevados entre los países con mejor ubicación en la escala de desarrollo.
En Chile, en el año 2000 la deserción escolar en la enseñanza básica y media fue de 11,3%, correspondiendo de este porcentaje, 9,9% a la enseñanza media con 106.000 adolescentes entre 14 y 17 años y 1,4% a la enseñanza básica.

Los resultados de la encuesta CASEN 2000, muestran las diferencias entre hombres y mujeres con relación a las razones para no asistir a un establecimiento educacional, siendo en el hombre la causa principal la dificultad económica (23,6%), en cambio, en las mujeres, es la maternidad o embarazo (28,7%).
Las adolescentes que desertaron previo al embarazo, estaban en su mayoría sin ninguna actividad educativa, laboral y recreativa o trabajaban en actividades pseudolaborales y mal remuneradas. Situación que ya había sido detectada en otros estudios realizados por los autores, en la línea del embarazo en la adolescencia
La baja escolaridad de los padres de las adolescentes y la desvalorización de la educación por parte de ellos, es un potencial factor de deserción escolar.



Bibliografía
http://www.monografias.com/trabajos32/embarazo-adolescente/embarazo-adolescente.shtml?relacionados-Luis Pedro Menacho Chiok, Lima – Perú; 2005

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